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La manipulación emocional

Introito

Los vínculos que construimos a lo largo de nuestra vida pueden incitarnos a sacar lo mejor de nosotros mismos, pero también pueden desgastarnos atentando contra nuestro bienestar emocional. Un ejemplo de ello son las relaciones afectadas por estrategias de manipulación emocional. Reflexionemos sobre este tema.

¿Qué es la manipulación emocional?

Desde una perspectiva psicológica, la manipulación emocional es todo un arte que conlleva no solo ocultar malas intenciones o comportamientos agresivos, sino también la habilidad de identificar las vulnerabilidades emocionales del otro, para luego poner en marcha las mejores estrategias con el fin de manejarlo.

De manera que el manipulador juega con las emociones de su víctima con el único objetivo de salirse con la suya y de que se cumplan sus deseos, estableciendo una relación de poder encubierta, siendo en muchos casos un acto claro de violencia psicológica. Así, el resultado final es conseguir que el otro no confíe en lo que piensa, hace o sienta, deteriorando su imagen de competencia emocional e intelectual.

Manipular es saber qué decir y cómo decirlo para favorecer y cumplir los intereses propios

No obstante, conviene aclarar que existen mucho tipos de manipulación emocional, tanto conscientes como inconscientes. Desde aquella que podemos llevar a cabo cada uno de nosotros cuando exigimos al otro que piense o haga algo como consideramos hasta la que utilizan las personas que se encuentran en posición de víctima, y la más peligrosa, la utilizada por todo tipo de maltratadores de manera reiterada. Esta última puede tener graves consecuencias en la autoestima de la víctima.

¿Cómo es un manipulador emocional?

Como hemos visto existen muchas formas de manipular emocionalmente por lo que se distinguen diferentes perfiles de manipuladores con algunas características en común distribuidos entre todas las edades, estatus sociales, sexo y cultura.

Los manipuladores emocionales son como los camaleones, artistas del camuflaje que cambian su apariencia dependiendo del entorno en el que se encuentran para conseguir a su víctima y por ende, su meta deseada sin que el resto de personas lo aprecien.

Suelen ser personas muy hábiles con las palabras capaces de dirigir las conversaciones hacia puntos claves que generan en el otro actitudes de sometimiento o culpa. Incluso, muchos de ellos poseen un gran repertorio de habilidades sociales que utilizarán para encantar a la persona que mas adelante será su víctima.

Este tipo de personas también dominan la comunicación no verbal por lo que en ocasiones tan solo será necesario un pequeño gesto o silencio para influenciar al otro. Pero en lo que verdaderamente los manipuladores emocionales tienen una maestría es en la detección del talón de Aquiles de sus víctimas, es decir, identifican con gran facilidad cuáles son los puntos débiles y vulnerabilidades de las personas que los rodean.

Además, tienen la necesidad constante de sentirse admirados y poseen grandes ansias de poder y es así como establecen sus relaciones, ejerciendo el rol de persona dominante, aunque en su interior son sumamente inseguros como afirma la psicóloga estadounidense Susan Foward.

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De hecho, no siempre son conscientes de sus estrategias ya que normalmente aprendieron desde niños a utilizar el poder para exigir a los demás. Mecanismo peligroso para establecer vínculos con los demás cuando se utiliza por costumbre porque como decía Voltaire la pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.

¿Cómo saber si tenemos una relación con un manipulador emocional?

Existen algunas señales de alarma que indican que podemos estar inmersos en una relación con un manipulador emocional. Por ejemplo si nos sentimos constantemente presionados a hacer o decir algo que realmente no queríamos, tenemos miedo de expresar nuestra opinión por lo que vaya a pensar el otro o nos exigen sin dar opción. Todo este tipo de situaciones suelen esconder grandes estrategias de manipulación.

Es muy importante detenerse y reflexionar sobre las relaciones que estamos manteniendo y qué sentimos cuando estamos en presencia del otro. Cuando los sentimientos que nos invaden son aquellos relacionados con el miedo, la culpa, la inseguridad, la vergüenza o incluso el asco no podemos dejarlo pasar ya que probablemente podemos estar siendo manipulados.

Si nos encontramos aislados, forzados, desvalorizados o no tenidos en cuenta, con miedo a expresarnos y sin soporte afectivo por parte del otro es conveniente que tomemos medidas. También puede que nuestra forma de pensar haya cambiado o notemos esa sensación de pérdida de identidad porque nos hayamos entregado por completo a las artimañas del manipulador. Incluso, es probable que pueda pasar bastante tiempo hasta que nos demos cuenta pero nunca es tarde.

El camino a la autonomía emocional

Cuando actuamos bajo la influencia de un manipulador emocional nuestra voluntad y forma de pensar están debilitadas por lo que no estamos centrados en nuestro poder personal. Para impedir que nos manipulen tenemos que practicar la autodefensa emocional con el fin de aumentar nuestros recursos personales y poner límites.

Para ello es importante escuchar a nuestras emociones y perder el miedo al enfado del otro, a ser rechazados y a no agradar a los demás. De lo contrario seguiremos inmersos en la relación de poder y control establecida por un manipulador emocional. Tener paz a cualquier precio no es la solución cuando nos estamos perdiendo a nosotros mismos.

Es conveniente tomar distancia y observar lo que se está viviendo para poder clarificar qué se quiere y comenzar a poner límites. Un buen ejercicio es reflexionar a través de preguntas como ¿me beneficie complacer al otro y renunciar a lo que soy? ¿es necesario complacer para sentirme amado? ¿estoy haciendo lo que realmente quiero o solo me estoy dejando llevar? ¿cuáles son mis necesidades? Las respuestas pueden ser el primer paso para recuperar el poder sobre nosotros mismos y conseguir salir, sumadas a una red de apoyo e incluso en algunos casos a ayudar profesional dependiendo de la gravedad del vínculo establecido. Pero lo importante es darse cuenta y comenzar a avanzar.

No olvidemos que un manipulador emocional ansía el poder que expresa hacia el exterior pero se olvida que como dijo Séneca la persona más poderosa es aquella que es dueña de sí misma. Por lo que si recuperamos nuestro poder personal y confiamos y creemos en nosotros mismos, impediremos ser víctimas de la manipulación emocional.


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Bibliografía consultada:

 

«https://www.psicoactiva.com//»