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El chantaje emocional

 chantaje emocional

Sabes que si nos paramos a observar detenidamente nuestro alrededor, podremos comprobar como el chantaje emocional resulta ser, mucho más común de lo que pensamos. El problema es, que pasa muchas veces desapercibido: ¡eso es lo grave!, y la razón para que leas con mucha atención lo que te aporta esta publicación.

Introito

Tal vez te venga a la cabeza una persona cuyo trato hacia a ti o hacia personas cercanas puede haberte despertado el deseo de leer este artículo. ¿Qué te hace sentir? ¿Culpa, miedo, sumisión, sentimiento de inferioridad…? ¿Y cómo lo consigue? Si no reflexionas sobre esta pregunta, la primera respuesta sería “no lo sé”, “no hace nada”, “a lo mejor está en mi cabeza, tal vez sea yo…”, porque esas son frecuentemente las respuestas que emiten las personas que están sometidas a un chantaje emocional.

Se sienten mal en su relación con el otro (el chantajista emocional), y se consideran responsables de múltiples errores que además causan horribles consecuencias para este, y creen que si no fuera por su actuación las cosas irían mucho mejor. Pues bien, si alguien te hace sentir culpable, responsable de sus desgracias, no te permite expresar tus opiniones o deseos porque (dice) son ridículos, y te conduce a conductas sumisas para evitar discusiones, estás ante una situación de chantaje emocional, un tipo de maltrato psicológico.

¿Sabrías identificar si alguien cercano te ha hecho chantaje emocional alguna vez? Si la respuesta es que sí, ¿Cómo has actuado y cómo habría que actuar frente a ese chantaje? ¿Debemos pasarlo por alto o enfrentarte a esa persona?

Vamos a ir poco a poco desglosando cada pregunta a lo largo del artículo.

😨 El chantaje emocional debes verlo como una manipulación maquiavélica que no debes permitir jamás Clic para tuitear

Abordando el concepto. Definición y generalidades


En la historia

El primer uso documentado de "chantaje emocional" apareció en 1947 en el Diario de la Asociación Nacional de Decanos de Mujeres en el artículo "Clima de chantaje emocional". El término se usó para describir un tipo de modelo de control de aula problemático que los maestros usan a menudo. Esther Vilar, una médica argentina, también usó el término "chantaje emocional" a principios de la década de 1970 para describir una estrategia de crianza observada entre algunas madres con múltiples hijos.

Definición

El ‘chantaje emocional’ es un término popularizado por la psicoterapeuta Susan Forward (EEUU) para referirse a una forma de violencia o abuso psicológico que consiste en un conjunto de comportamientos de una persona sobre la otra con fines de manipulación emocional, utilizando el miedo, la obligación y la culpa (principalmente) como dinámicas transaccionales entre el manipulador y el manipulado. Este complejo de sentimientos generados en la víctima se denomina FOG por sus siglas en inglés (Fear, Obligation, Guilty) y, casualmente, en inglés ‘fog’ significa niebla, una acertada comparativa que describe la confusión emocional y de pensamientos que padece la víctima hacia su chantajista emocional.

Comprender estas dinámicas es útil para cualquiera que intente liberarse de un comportamiento manipulador de otra persona y lidiar con sus propias compulsiones de hacer cosas que son incómodas, indeseables, gravosas o auto sacrificadas por los demás.

Partamos de la siguiente definición:

El chantaje emocional se define como una forma inadecuada, irrespetuosa y agresiva de comunicación, donde se suele expresar una petición de cambio, solicitar ayuda o simplemente expresar disconformidad y queja, con un objetivo claro de conseguir que la víctima haga lo que queremos, sin tener en cuenta los deseos de la otra persona. Suele ser a través de amenazas, coacciones o privación. Se convierte en emocional cuando se utiliza el dolor del otro para obtener un beneficio.


Psicología del chantaje emocional

Falencias

Debemos tener en cuenta que las relaciones humanas sanas se basan en el principio de reciprocidad. Hay un equilibrio general entre lo que tú das y lo que te aportan tus relaciones. En el chantaje emocional se rompe dicho equilibrio ya que una parte manipula a la otra para conseguir más de lo que da. Y es probable que el manipulador no sea consciente de su chantaje y lo vea como normal y justo, porque confunde su egoísmo con tener una sana autoestima. El chantajista emocional siente que se merece recibir mucho más de lo que da, por lo que es difícil que medite y cambie de actitud de forma voluntaria.

Raices

Es más frecuente en nuestras vidas de lo que pensamos. La mayoría de personas lo hemos usado en algún momento, de forma directa o indirecta. El problema viene cuando se usa de forma frecuente con personas cercanas y se convierte en nuestra herramienta para conseguir lo que queremos.

En ocasiones, esta manipulación es muy sutil y sucede sin darnos cuenta, o cuando somos conscientes de ella ya hemos modificado nuestro comportamiento. Por ello, es muy importante estar atentos, estar conectados en el presente, ser conscientes de lo que está ocurriendo en cada momento, de lo que decimos, de lo que hacemos, de lo que queremos hacer; y más con aquellas personas con tendencia al chantaje y la manipulación.

Perpretadores

Generalmente, el chantaje emocional se da entre personas que tienen una relación íntima y con carga afectiva (por ejemplo, padres, hijos, pareja, amigos íntimos…) de la que el chantajista emocional se vale para conseguir aquello que quiere a través de la manipulación y control de nuestro comportamiento, sin tener en cuenta nuestros deseos. Sus estrategias buscan que la víctima tenga miedo a enfrentarse a ellos y que, mediante la culpa, haga todo aquello que desean.

Entre sus estrategias principales para conseguir estos perversos objetivos está la retirada de afecto o atención hacia su víctima cuando los deseos de esta chocan con los suyos. De esta manera, dejan de hablarles o les hacen de menos hasta que la otra persona cede a sus demandas, o bien le sobrecompensa con otras.

Lo terrible de esta situación es que el chantaje emocional toma forma de abuso psicológico; porque involucra personas afectivamente cercanas, que nos amenazan, directa o indirectamente, con castigarnos de alguna manera si no hacemos lo que ellos quieren. Utilizan los sentimientos como la principal arma: ¡no hay peor abuso que ese!

Es habitual asociar el chantaje emocional con la manipulación, ya que es una práctica destinada a influir la voluntad de la otra persona, con el fin de conseguir que actúe como uno quiere y no como desea realmente.

Abono del chantaje emocional

El chantaje emocional genera culpa, miedo y malestar sobre la persona que lo recibe. En ocasiones, dicha manipulación puede ser tan sutil que apenas nos damos cuenta, En otras ocasiones, nos damos cuenta pero no sabemos cómo pararlo de forma adecuada y que eso no suponga un alejamiento con esa persona.

A veces, es difícil darse cuenta de que nos están chantajeando emocionablemente porque puede estar camuflado en frases aparentemente inofensivas como “haz lo que quieras, pero luego atente a las consecuencias” o “si me quisieras de verdad, no lo harías”.

Sean como sean, estás frases se utilizan para lograr que la persona ceda a través del miedo y la culpa.

El eje del chantaje emocional está en generar culpa, malestar en el receptor o la receptora y llevar a cabo una conducta de control sobre la otra persona, generando obligación y miedo.


Puerta de entrada

Tu búsqueda de aprobación, evitando sentir rechazo de las personas importantes de tu vida, puede otorgar la "puerta de entrada" al chantajista emocional, cediéndoles un poder que nunca debes delegar en nadie más que en ti misma: el poder de ser el “validador” de tu comportamiento y de tus principios. Tú has de saber por qué haces lo que haces y con qué objetivos. Tú has de ser lo suficientemente madura para saber si actúas por egoísmo o por autoestima, si te mereces algo o si no te lo mereces. Asimismo, te resulta difícil tomar decisiones que no cuentan con el beneplácito de los demás. Es tu miedo al conflicto, a que las relaciones se deterioren o acaben rompiendo debido a diferencias que pueden ser normales, ya que la realidad es compleja y no siempre se casan los deseos y necesidades de cada cual.

Es fácil caer en el chantaje emocional de los demás cuando tiendes a anteponer sus necesidades a las tuyas, cuando sientes más prioritarios los objetivos de otros que los tuyos propios, cuando simpatizas más con el sufrimiento ajeno que con tu propio dolor, al que minimizas y escondes. El exceso de aguante, tu capacidad de sacrificio, deja de ser un atributo de madurez, de fortaleza emocional y de resiliencia para convertirse en tu aporte habitual a la relación con el chantajista para que vuestro vínculo no se vea amenazado. Te cobra un impuesto clandestino y cada vez te pedirá más abnegación y generosidad.

Recursos del chantaje

Los chantajistas emocionales usan el miedo, la obligación y la culpa en sus relaciones, asegurando que otros sientan miedo de cruzarlos, obligados a seguir su camino y abrumados por la culpa si se resisten. Sabiendo que alguien cercano a ellos quiere amor, aprobación o confirmación de identidad y autoestima, los chantajistas pueden amenazar con retenerlos (por ejemplo, retener el amor) o llevárselos por completo, haciendo que la segunda persona sienta que debe ganárselos por acuerdo.

El miedo, la obligación o la culpa se conocen comúnmente como «FOG». FOG es un acrónimo artificial: un juego de palabras con la palabra «niebla» que describe algo que oscurece y confunde una situación o los procesos de pensamiento de alguien.

La persona que actúa de forma controladora a menudo quiere algo de la otra persona que legítimamente quiere. Es posible que quieran sentirse amados, seguros, valiosos, apreciados, apoyados, necesarios, etc. Este no es el problema. El problema a menudo es más una cuestión de cómo van a conseguir lo que quieren o de que son insensibles a las necesidades de los demás, lo que es preocupante, y cómo reaccionan los demás ante todo esto.

Bajo presión, uno puede convertirse en una especie de rehén, obligado a actuar bajo presión de la amenaza de responsabilidad por el colapso del otro. Uno podría caer en un patrón de dejar que el chantajista controle sus decisiones y comportamiento, perdido en lo que Doris Lessing describió como «una especie de niebla psicológica».

¿Por qué el o la chantajista emocional actúa de esa manera?

Por qué actúan así los o las chantajistas emocionales

El o la chantajista emocional se comporta de una manera u otra dependiendo del ambiente, del entorno y de la persona o personas que tenga delante.

Influyen sus características de personalidad. Con frecuencia, el o la chantajista emocional tiene un estilo de comunicación agresivo, carece de asertividad y empatía al no respetar los derechos de sus allegados. Suelen ser personas con dificultades emocionales (en ocasiones desórdenes y patologías como los trastornos de personalidad), dificultades personales (inseguridades, fragilidad, baja autoestima, insatisfacción personal, celos, miedo al abandono, temor a la soledad, dependencia…) y necesidades muy acusadas (necesidad de atención, de cariño y afecto, de ganar y conseguir un logro para sentirse bien, para sentirse superiores en comparación con los demás, y viven las relaciones personales, a veces, como una competición o como una amenaza).

Es frecuente encontrarnos a chantajistas emocionales que han aprendido a actuar así desde un modelo aprendido en la infancia, de sus padres, hermanos, familia o del entorno más próximo. Normalizan ciertos comportamientos, sin plantearse siquiera que quizás son inadecuados o podrían vulneran los derechos de los demás.

Muchos o muchas tuvieron experiencias tempranas de manipulación, donde les motivaban a efectuar un cambio en su comportamiento a través de sentimientos de culpabilidad, obligación, responsabilidad o temor a represalias:

“Te dejo ser mi amigo si me regalas ese cómic”. “Te invito a la fiesta de mi cumpleaños si no te chivas a la profesora”. “Si fueras un buen hermano me dejarías la habitación más grande”

El o la chantajista emocional, en un porcentaje muy alto de las situaciones, consigue lo que quiere, utiliza la agresión verbal, el miedo, el temor o la culpa, como estrategias para hacer sentir vulnerabilidad o debilidad en la otra persona y provocar que ceda o sienta malestar si no hace lo que desea.

Al obtener una recompensa, aprenden que ese estilo de comunicación y actuación les beneficia, les compensa y en consecuencia vuelven a repetirlo, es lo que llamamos en Psicología, refuerzo.

Cuando cedemos ante la manipulación no nos ayudamos, y tampoco ayudamos a quien actúa así. Nuestra sumisión en nada beneficia a quien ejerce este estilo de comunicación, ya que es la recompensa para que el manipulador o la manipuladora siga actuando.


Rasgos principales del chantaje emocional.

Para que un comportamiento se pueda considerar un chantaje emocional es preciso que se den varias actitudes, como son:

  • La exigencia.El/la chantajista exige a la otra persona que haga lo que él/ella quiere.
  • La resistencia.Cuando nos oponemos a sus peticiones, se muestra inflexible y acaba imponiendo su voluntad.
  • La presión.Se utiliza la presión para lograr que se ceda a lo que quiere y para ello utilizará discusiones, llanto, gritos, etc.
  • La amenaza.Utiliza la amenaza como herramienta para conseguir lo que quiere si ve que con la manipulación simple no lo está consiguiendo.
  • La obediencia.Por parte de la víctima, por miedo a perder a esa persona, acaba cediendo.
  • La reiteración. Utiliza el chantaje emocional cada vez que lo considera oportuno, es su forma de relacionarse con los demás.

Efectos del chantaje emocional sobre la víctima

La persona sometida al chantaje emocional experimenta un conjunto de sensaciones que se definen en una sola palabra: anulación. Por miedo no hace nada que moleste a su chantajista, y por obligación emocional cede a sus demandas y las compensa con creces. La culpa hace que se someta a él o ella, sintiéndose responsable de las desgracias y consecuencias negativas que sus malas decisiones han causado sobre el sufridor que aguanta su mala cabeza. Se sienten, en palabras de la escritora Doris Lessing, perdidos en una “especie de niebla psicológica”. No saben hasta dónde son culpables y hasta dónde son víctimas.

En sus momentos más lúcidos, la víctima entiende que la forma de trato o los sentimientos que la persona chantajista genera en ella no son normales y los rechazan, mientras que en otros momentos se siente ampliamente agradecida solo con que esta le dirija la palabra.

Efectos del chantaje emocional

No es de extrañar que, en medio de todos estos sentimientos, aparezcan emociones como la ansiedad en forma de angustia intensa o de nudo que le asfixia, la depresión por la indefensión e impotencia por no saber qué hacer ante este tipo de situación, la frustración porque lo que hacen nunca es suficiente para contentar al otro (pobres, no caen en que ahí está su truco), y la soledad pues, desde fuera, las cosas se ven muy fáciles.

Es por ello que los trastornos de ansiedad y la depresión son muy frecuentes en las personas sometidas a chantaje emocional, así como la presencia de signos físicos de estrés crónico, entre ellos dolores de cabeza, insomnio, dolores musculares, problemas digestivos, alteraciones dermatológicas y presión arterial elevada.

Características y patrones de los chantajistas emocionales


Características

Cualquiera puede ser “víctima”, pero aquellas personas con más dificultad a la hora de hacerse respetar, aquellas que tienden a un estilo de comunicación pasivo, con baja autoestima o inseguridades, son más sensibles a sufrir esta forma de abusos.

Es importante saber que hay diferentes grados de manipulación. Nos podemos encontrar chantajistas que emplean “sus armas” con todo su entorno, o aquellos que sólo las utilizan en alguna área específica de su vida o dependiendo de cómo se encuentren emocionalmente. Es por ello que podemos conocer chantajistas que no siempre se comportan de esa manera.

Resulta bastante complicado detectar a un chantajista emocional, ya que no cumplen un único perfil, pero sí pueden presentar determinadas características comunes:

El comportamiento del o la chantajista emocional va a ser diferente dependiendo del entorno en el que se encuentre y de la persona o personas que tenga delante.

Es complicado detectar a un chantajista emocional ya que no cumplen un único perfil, pero sí pueden presentar determinadas características comunes. Hay que tener en cuenta que, cumplir alguna o todas de las características que cito de seguido, no significa que sea un manipulador/a:

  1. No tienen desarrollada una buena asertividad ni empatía.
  2. Son inseguros/as y con baja autoestima.
  3. Pueden tener problemas de dependencia y miedo al abandono.
  4. Puede que hayan aprendido a hacerlo desde su infancia.
  5. Utilizan la manipulación para sentirse bien al conseguir lo que quieren.
  6. Responsabilizan a los demás de sus reacciones emocionales y de las consecuencias de las mismas.
  7. Presentan dificultad para respetar los derechos de las otras personas.
  8. Tienen la capacidad de conseguir que los demás hagan o realicen cosas sin apenas darse cuenta de la manipulación.
  9. La relación con estas personas es complicada, suelen generar miedo, angustia, culpabilidad o tristeza.
  10. Tienden a ignorar o no darle importancia a lo que los demás sienten y desean.
  11. Son impacientes a la hora de obtener lo que quieren.
  12. Suelen tener un perfil de comunicación agresivo cuando no obtienen sus propósitos, recurriendo a la amenaza para conseguirlo.
  13. Responsabilizan a los demás de sus reacciones emocionales y de las consecuencias de las mismas.
  14. No aceptan un no por respuesta.
  15. No llevan bien las críticas y siempre quieren tener la razón.
  16. Tienen la manipulación tan automatizada, que apenas se dan cuenta que la usan.
  17. Generan sentimientos de culpa, miedo o tristeza. Por lo que es complicado relacionarse con ellos.
  18. Son observadores y analíticos, presentan una alta capacidad para identificar las emociones de las otras personas, su vulnerabilidad, debilidad e inseguridad, sin escrípulos ni dudas para explotarlos, y saben con qué personas pueden actuar y con quiénes no.

Precisamente esta última característica es la que hace que la conducta de manipular se mantenga, ya que en un alto porcentaje de situaciones, consigue lo que quiere.

El chantajista emocional sabe cuánto valoramos la relación que nos une a él. Conoce nuestros puntos débiles. A menudo está enterado de nuestros secretos más profundos. Al saber que queremos su amor y su aprobación, nos amenazan con privarnos de uno o de otra o nos hacen sentir que debemos ganarlos.

Al obtener una recompensa, aprenden que ese estilo de comunicación y actuación les beneficia, les compensa y en consecuencia vuelven a repetirlo, es lo que llamamos en Psicología, refuerzo.

Es importante tener en cuenta que la persona que hace chantaje emocional puede que no sea consciente de ello. Simplemente, en un momento dado le sirvió y aprendió a utilizarlo. Hay personas que sólo lo usan con su entorno más próximo como puede ser la pareja o los hijos.

Es paradójico pensar que quien recurre al chantaje emocional suele ser una persona con un perfil predominado por la inseguridad y debilidad emocional y psicológica.

Necesita recurrir a la manipulación para obtener lo que anhela, ya que de otra forma no son capaces de alcanzar sus metas. A pesar que, aparentemente, se muestran totalmente seguras de sí mismas.


Patrones


Adicciones

Los adictos a menudo creen que tener el control es cómo lograr el éxito y la felicidad en la vida. Las personas que siguen esta regla la usan como una habilidad de supervivencia, ya que generalmente la han aprendido en la infancia. Mientras ellos establezcan las reglas, nadie puede arrinconarlos con sus sentimientos.

Enfermedad mental

Las personas con ciertas afecciones mentales están predispuestas a controlar el comportamiento, incluidas las personas con trastorno de personalidad paranoide, trastorno límite de la personalidad, y trastorno narcisista de la personalidad.

Las personas con trastorno límite de la personalidad son particularmente propensas a utilizar el chantaje emocional (al igual que los narcisistas destructivos ). Sin embargo, sus acciones pueden ser impulsivas e impulsadas por el miedo y una desesperada sensación de desesperanza, en lugar de ser producto de un plan consciente.

Codependencia

La codependencia a menudo implica asignar una prioridad más baja a las propias necesidades, mientras se preocupa demasiado por las necesidades de los demás. La codependencia puede ocurrir en cualquier tipo de relación, incluida la familia, el trabajo, la amistad y también las relaciones románticas, de pares o comunitarias.

Afluenza y niños

La afluenza, la inseguridad del estado derivada de mantenerse obsesivamente al día con los Jones, ha sido vinculada por Oliver James a un patrón de entrenamiento infantil por el cual las víctimas fueron «sometidas a un chantaje emocional cuando eran niños pequeños. El amor de sus madres se vuelve condicional a la exhibición de un comportamiento que logrado los objetivos de los padres «.

Entrenamiento de asertividad

El entrenamiento de asertividad alienta a las personas a no involucrarse en intercambios infructuosos o luchas de poder con el chantajista emocional, sino a repetir una declaración neutral, como «Puedo ver cómo te sientes de esa manera» o, si estás presionado para comer, decir «No, gracias, no tengo hambre«.

Se les enseña a mantener sus declaraciones dentro de ciertos límites para no capitular ante las molestias coercitivas, el chantaje emocional o la intimidación.

Conclusión

El chantaje emocional es una manera de actuar muy sutil que se utiliza para conseguir aquello que nos proponemos. Cuando la manipulación se convierte en al constante y permanente es cuando se convierte en algo patológico tanto:

  • Para la persona que manipula, ya que no entiende y no sabe conseguir las cosas sin el chantaje. Lo ha instaurado en su vida como un acto normal y se ha convertido en una persona egoísta y caprichosa.
  • Como para la persona que lo sufre ya que puede desencadenar en una serie de consecuencias psicológicas importantes.

Tu sana autoestima es la mejor prevención contra el chantaje emocional. Es tu responsabilidad cuidar de ti en tus relaciones humanas, no puedes delegar habitualmente en otros que te cuiden y protejan constantemente. No puedes fusionar tu persona con la del chantajista por muy importante que sientas que es dicha relación, no debes olvidarte de velar por ti. A las personas que caen fácilmente en el chantaje emocional de otros y anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias hay que recomendarles este hábito: “Trátate a ti misma como tratas a los demás”.

 

📚 Fuentes:

bibliografia


https://www.parentepsis.com/el-chantaje-emocional/


https://es.wikipedia.org/wiki/Chantaje_emocional"


https://www.areahumana.es/chantaje-emocional-y-manipulacion/#Qu-es-el-chantaje-emocional"


https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/familia-y-pareja/que-es-el-chantaje-emocional-y-como-puede-afectar-a-la-victima


https://psicologosenlinea.net/1381-chantaje-emocional.html"