
Actualmente el ciberespacio se presenta como el escenario preferido de las nuevas formas de conflicto. En los últimos años cobran un especial protagonismo los conflictos híbridos, que combinan el uso de la fuerza militar con otros elementos como pueden ser los ciberataques, la manipulación de la información a través de internet y de redes sociales, o vectores de presión económica.
El desarrollo de las nuevas tecnologías y su fácil acceso facilitan que estas acciones puedan provenir de cualquier parte del mundo, tanto por parte de actores estatales como no estatales, y de forma más rápida que en otras épocas, por lo que su prevención y respuesta resulta más complicada.
Una cuestión muy importante a tener en cuenta es el potencial de aplicación de las amenazas híbridas en situaciones muy diversas, donde se incluyen los procesos electorales, en los que se puede llegar a erosionar la soberanía e integridad de nuestros países.
En este artículo vamos a ahondar en este concepto de "Guerra Híbrida" o "amenaza híbrida", así como conocer los objetivos, principales riesgos y, por último, cuáles son las medidas preventivas y reactivas hacia este fenómeno.
Definición de guerra híbrida, conflicto híbrido y amenaza híbrida
Antes de nada, debemos aclarar que aunque encontremos términos como guerra híbrida, amenaza híbrida o ataque híbrido,.. utilizados como si significasen lo mismo, en realidad no es así. Como podemos encontrar definido en el documento Amenazas híbridas: nuevas herramientas para viejas aspiraciones de Carlos Galán, estos conceptos quedarían definidos de la siguiente manera:
- Amenaza híbrida: Fenómeno resultante de la convergencia e interconexión de diferentes elementos que, en conjunto, constituyen una amenaza más compleja y multidimensional.
- Conflicto híbrido: Situación en la cual las partes se abstienen del uso abierto de la fuerza (armada) y actúan combinando la intimidación militar (sin llegar a un ataque convencional) y a la explotación de vulnerabilidades económicas, políticas, tecnológicas y diplomáticas.
- Guerra híbrida (hybrid warfare): Situación en la que un país recurre al uso abierto de la fuerza (armada) contra otro país o contra un actor no estatal, además de usar otros medios (por ejemplo, económicos, políticos o diplomáticos).
Así entonces, la guerra híbrida es una modalidad bélica que se ha popularizado en los últimos años y que representa un punto de inflexión en la concepción de la guerra en el siglo XXI. Se trata del uso simultáneo de una pluralidad de instrumentos, de carácter económico, psicológico, mediático, cibernético, jurídico, político, etc., que se combinan usando tácticas asimétricas y actores de todo tipo, para lograr objetivos políticos. También participan los jueces y fiscales, con detenciones arbitrarias y armado de causas y los agentes de inteligencia, quienes dan información falsa a los políticos para que las repetían en los medios amigos y dañar la imagen d ciertos personajes claves.
Estos objetivos generalmente tienen que ver con abrumar, neutralizar o aniquilar a un enemigo político, lograr el cambio de gobierno en un país o generar determinado estado de ánimo colectivo que justifique posteriores acciones ante la opinión pública.
Esta guerra también posee ausencia de límites, de ahí que se hable también de la guerra híbrida como “guerra irrestricta”. La pata mediática es necesaria, y se enmarca en una guerra psicológica, usando tanto los medios convencionales como las redes sociales. La combinación de todos estos elementos da como resultado que la mayoría de la población tenga una imagen negativa de lo que pasa en el país, y de su dirigencia.
Pero ¿es un concepto sólido? Personalmente, tengo mis dudas. Al menos tal como se entiende a día de hoy.
En 2005 Mattis y Hoffman denominaron hybrid warfare a un modo de combatir que combinaba lo regular –o convencional– con lo irregular. Y en aquel momento la aportación tenía sentido. Sobre todo cuando un año más tarde Hizbollah demostró que podía alternar tácticas irregulares propias de una insurgencia con capacidades militares y empleo de tecnologías avanzadas, propias de un ejército: misiles contracarro Kornet, MANPADS, misiles antibuque, sistemas SIGINT, drones, etc.
La combinación de guerra regular e irregular en un mismo conflicto es algo tan viejo como la misma historia de la guerra. Desde la Antigüedad hasta el siglo XX encontramos numerosos ejemplos. Pero la aportación de Mattis y Hoffman al llamarlo ‘guerra híbrida’ era interesante porque a partir de él se extraían consecuencias estratégicas y de innovación militar a la hora de enfrentarse a actores armados no estatales con un plus de capacidades. Las Fuerzas de Defensa de Israel, que en los años previos al conflicto de 2006 habían descuidado sus capacidades de guerra convencional, tomaron buena cuenta de ello y se adaptaron para futuras contingencias.
>Esto también afecta a las Fuerzas Armadas españolas y, en especial, al Ejército de Tierra. No sería lo mismo desplegar en una misión de estabilización en un escenario donde persiste o hay riesgo de que rebrote una guerra irregular de baja intensidad, a otro donde haya riesgo de guerra híbrida. Para el primero podrían ser suficientes fuerzas ligeras equipadas con los veteranos BMR, o con los RG-31, mientras que para el segundo se requerirían por lo menos los futuros 8x8, los actuales VCI Pizarro e incluso los carros de combate Leopard. Eso sólo por hablar de la parte más visible de los materiales. Lógicamente habría otras muchas derivaciones.
Sin embargo, desde que Mattis y Hoffman acuñaron el término en 2005 hasta la actualidad, el concepto de guerra híbrida se ha ido ampliando, abarcando múltiples aspectos del panorama de la seguridad internacional: desinformación en el ciberespacio por parte de Rusia, construcción de islotes artificiales por China, ciber-ataques por Corea del Norte, cárteles de la droga mexicanos, radicalización y terrorismo, etc. La agenda de trabajo del Centro Europeo de Excelencia contra Amenazas Híbridas, con sede en Finlandia es un buen ejemplo de ese totum revolutum.
En realidad, mucho de lo que a día de hoy se llama guerra híbrida encajaría mejor como actividades propias del conflicto en la ‘zona gris’. Otra término del vocabulario de los estudios estratégicos que se refiere al espacio intermedio entre las relaciones de competencia pacíficas (blanco) y las de conflicto armado (negro), donde sin traspasar el umbral de la violencia organizada a gran escala se recurriría a la desinformación, subversión, vulneración –a veces ambigua– de la legalidad, etc. como elementos de una estrategia integral para alcanzar objetivos políticos a costa de un determinado adversario. El concepto de zona gris tampoco es nuevo. La rivalidad entre Estados Unidos y la URRS durante Guerra Fría fue en gran medida un conflicto en la zona gris.
Llamar a esas actividades, en un contexto de zona gris, ‘guerra híbrida’ sería un error conceptual básico porque no son todavía ‘guerra’. Y no es buena idea utilizar un término figurado o una imagen metafórica a la hora de acuñar conceptos.
Los 5 principales objetivos de las amenazas híbridas
Como se señala en el documento mencionado anteriormente, las amenazas híbridas han venido persiguiendo, entre otros objetivos:
- Erosionar la confianza de los ciudadanos en sus empresas e instituciones.
- Generar desconfianza en el sistema democrático, político y administrativo.
- Socavar la cohesión social o los modelos sociales de los Estados, de las comunidades políticas (como la UE) o de las organizaciones internacionales (la OTAN, por ejemplo).
- Fragilizar el sistema de gestión o gobierno para que tenga menos capacidades.
- Convencer de la decadencia de un sistema político o empresarial (tanto a la población de la víctima como a su propia población).
Riesgos y amenazas de la guerra híbrida
Como vemos, las amenazas híbridas persiguen alcanzar sus objetivos estratégicos influyendo en la toma de decisiones de sus víctimas y socavando sus valores, su estructura social y la confianza de la población. Ello, facilitado por la difuminación de las dimensiones internas y externas de la seguridad de los Estados que ha traído consigo el desarrollo del ciberespacio. Lugar desde el que hoy es más fácil que nunca modificar creencias, actitudes, preferencias, opiniones, expectativas, emociones o predisposiciones de los demás para actuar.
Cabe destacar que recientemente en España, tanto en la Estrategia Nacional de Seguridad 2018 como en la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019 se advierte de la constatación de una tendencia creciente de las denominadas amenazas híbridas, definidas como "acciones coordinadas y sincronizadas dirigidas a atacar de manera deliberada las vulnerabilidades sistémicas de los estados democráticos y las instituciones, a través de una amplia gama de medios, tales como acciones militares tradicionales, ciberataques, operaciones de manipulación de la información, o elementos de presión económica (...)"
"(...) Actores estatales y no estatales, bien de forma directa o a través de intermediarios, explotan las facilidades que ofrece Internet para la desinformación y propaganda y un interés generalizado en la obtención y desarrollo de capacidades militares para operar en el ciberespacio, incluyendo en muchos casos medios y capacidades ofensivas".
Medidas preventivas y reactivas contra la guerra híbrida
A) Respuestas de la Unión Europea
Como mencionábamos al principio de este artículo, los períodos electorales suponen un objetivo especialmente estratégico y vulnerable. Por ello, la Unión Europea lleva un tiempo desarrollando la capacidad necesaria para combatir estas amenazas a fin de generar resiliencia y una adecuada respuesta colectiva a través de las siguientes medidas:
Conciencia situacional
Para luchar contra las amenazas híbridas se ha creado una célula dentro del Servicio Europeo de Acción Exterior, considerada ya un activo importante para recibir y analizar información en este ámbito mediante análisis de inteligencia. Varios Profesores de LISA Institute que colaboran en esa tarea, manifiestan que todavía necesita acumular más conocimientos especializados para poder hacer frente a todo el espectro de este tipo de amenazas. Por lo que, desde la Comisión Europea se ha manifestado la intención de que la célula se amplíe mediante componentes especializados en materia química, biológica, radiológica y nuclear (QBRN), en contrainteligencia y en ciberanálisis. Si quieres formarte en este ámbito haz clic aquí.
Comunicación estratégica
Otra de las medidas es seguir desarrollando las capacidades de comunicación estratégica de la UE, para lo que asegurarán una interacción y una coherencia sistemáticas entre las distintas estructuras existentes. Esta capacidad se extenderá a otras instituciones y Estados miembros de la Unión Europea, e incluirá la plataforma online protegida sobre desinformación.
Desarrollo de la resiliencia y la disuasión en el sector de la ciberseguridad
La Unión Europea viene proponiendo diversos medios para reforzar las capacidades y luchar contra las ciberamenazas, como la propuesta de marco de certificación de la ciberseguridad, el mandato para la ampliación y la modernización de la Agencia de Ciberseguridad de la Unión Europea, las pautas de la cooperación entre los Estados miembros y las agencias de la UE en caso de ataque y el conjunto de instrumentos de ciberdiplomacia. En esta línea, se está construyendo una plataforma específica de formación y educación para coordinar la formación en materia de ciberdefensa. Si quieres aprender sobre Ciberseguridad, te recomendamos estos cursos.
Desarrollo de la resiliencia frente a las actividades de inteligencia hostiles
La coordinación entre los Estados miembros y entre estos y otras organizaciones internacionales, en particular la OTAN, es crucial. En este sentido, el Servicio Europeo de Acción Exterior y la Comisión aplicarán medidas prácticas perfeccionadas que sustenten y amplíen la capacidad interactiva de la UE para repeler la actividad de inteligencia hostil dirigida contra las Instituciones tanto de servicios de inteligencia estatales como privados. La célula de fusión híbrida se reforzará mediante conocimientos especializados en contrainteligencia, lo que le permitirá presentar análisis detallados y sesiones informativas. Si quieres ser experto en inteligencia te recomendamos estos cursos.
B) Respuestas del Consejo de Europa
Por su parte, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha elaborado las siguientes recomendaciones para sus Estados miembros:
- Abstenerse de recurrir a las acciones híbridas en las relaciones internacionales y respetar plenamente las disposiciones del Derecho Internacional, en particular los principios de soberanía, integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras, de acuerdo con su objeto y fin, sin explotar abusivamente de las lagunas o ambigüedades percibidas.
- Intensificar la cooperación internacional para identificar adversarios híbridos y todo tipo de amenazas de guerra híbridas, y establecer el marco legal aplicable.
- Mantener intercambios de información sobre las agresiones híbridas en Europa y compartir experiencias y buenas prácticas para contrarrestar tales amenazas.
- Tomar medidas para aumentar la conciencia de los ciudadanos sobre las amenazas híbridas y su capacidad para reaccionar rápidamente ante tales amenazas.
- Firmar, ratificar e implantar el Convenio sobre la Delincuencia de Budapest y promover su ratificación por parte de Estados no miembros.
- Mantener y reforzar las medidas adoptadas por la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) para contrarrestar las amenazas híbridas, y reforzar la cooperación en este ámbito.
- Hacer un llamamiento a todos los Estados miembros del Consejo de Europa que, simultáneamente, sean miembros de la Unión Europea y la OTAN para que compartan sus mejores prácticas para contrarrestar las amenazas híbridas con otros Estados miembros que puedan verse afectados por este fenómeno.
- En relación con las medidas destinadas a contrarrestar la guerra híbrida, la Asamblea recuerda su Resolución 1840 (2011) sobre derechos humanos y lucha contra el terrorismo. Además, hace un llamamiento a los Estados miembros para que velen por que tales medidas respeten los requisitos derivados del Convenio Europeo de Derechos Humanos, de conformidad con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En particular, en lo que respecta a los derechos sujetos a restricciones en virtud del Convenio, cualquier limitación debe basarse en la ley, ser proporcional al objetivo legítimo perseguido (por ejemplo, la seguridad nacional) y “necesario en una sociedad democrática”.