Cotidianamente eres interpelado por personas que intentan convencerte de que hagas o dejes de hacer algo en el trabajo, en la escuela y hasta en tu propia casa. Argumentos racionales, críticas o el chantaje emocional son algunos de los medios para inducirte a hacer algo que no deseas.
A lo largo de los siglos, el ser humano ha encontrado diversos métodos de ejercer poder sobre otros seres humanos por medio de una serie de estrategias, algunos de ellos con una clara vigencia en la actualidad. Asimismo, muchas series televisivas y producciones cinematográficas han visibilizado estas situaciones, ya que es un fenómeno frecuente en el mundo. No obstante, no se corresponde únicamente con el ámbito de la ficción, sino que también nos podemos encontrar con técnicas manipulatorias en nuestra vida cotidiana.
Los argumentos y algunas críticas (constructivas) son herramientas de diálogo que te colocan como coprotagonista de la situación. Por el contrario, las malas críticas o el chantaje emocional te convierten en objeto para un fin que no te reconoce más que como a un instrumento del deseo de otro.
Las relaciones humanas están repletas de estrategias que pretenden disminuir las posibilidades ajenas para lograr objetivos. Conocer estas estrategias puede ser de gran ayuda para poder enfrentarnos a situaciones difíciles en las que otra persona intente dominarnos.
La manipulación o chantaje emocional causa daños difíciles de identificar y a largo plazo produce depresión y ansiedad. Por esto, es importante implementar algunas acciones para que tus relaciones interpersonales sean funcionales a tus propósitos y te permitan concretar tus metas creando lazos saludables con las personas de tu entorno.
Técnicas
La manipulación emocional comprende un gran conjunto de técnicas psicológicas o tácticas que tienen como finalidad ejercer el control sobre el pensamiento, conducta, emocional de alguien. La manipulación mental como todo puede ser utilizada para ayudar, pero como el lector podrá haber imaginado lo más común es que sea utilizado con malas intenciones, la manipulación mental puede está presente en muchas torturas, relaciones tóxicas, religiones y cultos debido a que es una herramienta de control muy fuerte.
Las personas manipuladoras suelen recurrir a diferentes técnicas de manipulación mental para dominar a sus víctimas, conocerlas te ayudará a detectarlas y evitar caer en las redes de la manipulación.
Estas son solo algunas de las técnicas más comunes utilizadas por personas que buscan aplicar la manipulación mental y emocional (la lista es exhaustiva pero no excluyente de otras), todas tienen distintos niveles de efectividad y de consecuencias, esto también depende de la persona que se intente manipular. En caso de que no haya quedado claro hasta ahora, estas prácticas casi siempre son muy dañinas para las personas y sus relaciones, no es recomendable utilizarlas para obtener beneficios propios, siempre es preferible hablar honestamente y llegar a algún acuerdo con alguien en lugar de intentar manipular.
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Infundir miedo. Es una de las estrategias de manipulación mental y emocional más usadas y eficaces puesto que es una de las más sencillas y adaptables y porque hace leva en los temores de la víctima.
El miedo es una emoción muy importante para los humanos todos le temen a algo y dichos miedos pueden fácilmente motivar y cambiar distintas conductas.
Una vez que el manipulador logra identificar el miedo de la persona que quiere manipular, los exagerará y lo utilizará para asustar a la persona y lograr que haga lo que desea.
Por lo tanto, cuando un manipulador obtener lo que quiere, un ejemplo común en las relaciones dañinas es que el manipulador utilice el miedo al abandono de su pareja o a la sensación de indefensión para manipular y en otros casos aún más intensos el manipulador utilizará amenazas más fuertes para obtener una respuesta más rápida como un jefe amenazando con despedir a sus empleados constantemente. -
Gaslighting o hacer luz de gas. Es una práctica que ha estado llegando al conocimiento público en los últimos años, en el pasado se le consideraba como otra mentira, pero es un poco más complejo que eso y es un fuerte indicador para identificar a un manipulador.
Se trata de una manipulación mental tan sutil que muchas personas no se percatan de ella. Básicamente, el manipulador emocional se dedica a minar la autoconfianza de su víctima distorsionando la realidad para adaptarla a su visión de lo que sucede. En los casos más graves, la víctima incluso llega a dudar de su memoria y cordura ya que el manipulador no tiene escrúpulos en cambiar los hechos y mentir para generar una dependencia.
Se le considera una forma de maltrato psicológico, que tiene la meta de cambiar o distorsionar la realidad de la víctima agregando, o negando detalles de la realidad esperando que la víctima lo crea, un ejemplo pudiese ser que el manipulador haya prometido algo que no cumplió y cuando es confrontado por esto niega rotundamente haber prometido algo en primer lugar, también puede empezar a cultivar ideas en las cabezas de sus víctimas como “tus hermanos te odian” aunque no tenga ninguna evidencia de esto. En algunos de los peores casos de esta técnica la victima duda constantemente de sus recuerdos y prefiere confiar en lo que su manipulador le diga. -
Generar culpa. En primer lugar, debemos comprender qué significa la culpa. En líneas generales, la culpa se trata de una emoción que aparece cuando creemos que hemos hecho alguna acción equivocada. Asimismo, el sentimiento de culpa puede estar acompañado de arrepentimiento por lo sucedido.
Sin embargo, los manipuladores emocionales insisten en generar el sentimiento de culpa en alguien a pesar de que la persona no haya llevado a cabo ninguna acción maliciosa que pudiese haberle afectado.
La sensación de culpa es un poderoso motor impulsor del comportamiento, por lo que los manipuladores a menudo intentan que su víctima se sienta culpable. Lo más común es que se hagan pasar por personas desvalidas que necesitan ayuda, de manera que su víctima se sienta terriblemente mal si no cede a sus deseos. Estas personas inventan “necesidades imperiosas” que su víctima debe satisfacer o falsean la realidad para hacerles sentir culpables.
La culpa es un fuerte sentimiento capaz de movilizar el comportamiento, así que al igual que el miedo la culpa puede ser utilizada para manipular a alguien, esto no solo se suele ver en relaciones de pareja sino que también es utilizado por varios padres que quieren manipular a sus hijos, utilizando frases como “después de que te crie por tantos años…” intentando despertar la culpa en ellos para que hagan lo que quieran. También hay personas que fingen sufrir de algún mal como una enfermedad o de tener un pasado de abuso para generar culpa en las personas y lograr obtener beneficios de los demás. -
Actitud protectora. En los casos más sutiles de manipulación emocional, el manipulador se presenta como el “protector”. En práctica, le hace creer a su víctima que no es capaz de valerse por sí misma y que le necesita. A cambio de esa “protección”, que puede ser económica o emocional, el manipulador le pedirá que se adapte a sus deseos. De esta forma, la protección se convierte en un control total generando una relación de profunda dependencia.
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Castigo. El manipulador emocional casi nunca recurre a la violencia física, su violencia es psicológica. Por eso, castiga a su víctima cada vez que no cumple con sus exigencias. Ese castigo puede adoptar diferentes formas, desde humillaciones verbales y sarcasmos hasta un tratamiento silencioso que implica obviar por completo al otro, soslayar sus necesidades emocionales y negarse a afrontar el conflicto, manteniendo así el control de la situación.
Se ha reconocido que una de las técnicas más maliciosas es el castigo, el castigo bajo las manos de un profesional bien entrenado y ético puede ser una herramienta de tratamiento para la mejoría de una persona voluntaria, pero en las manos de un manipulador es una herramienta terrible para lograr que alguien le obedezca. El castigo puede ser psicológico o físico, el castigo físico es sencillo de imaginar, encierro o cambios que incomoden a la víctima.
Sin embargo los casos más comunes son los castigos psicológicos, esto porque suelen pasar más desapercibidos para el resto del mundo, hay muchas formas de castigar emocionalmente entre ellas esta dejar de dirigirle la palabra a la víctima (la conocida como “ley del hielo”) volverse más frio o distante, empezar a compartir con personas que son del desagrado de la víctima o directamente hacer comentarios groseros que hieran a la persona (pasivo agresividad), estos son solo algunos de los casos más comunes. -
Falsedad.Una conducta manipuladora se basa en disfrazar la verdad. Cuando te sientas confundida con lo que dice y hace o si con frecuencia te responde “no soy perfecto, también cometo errores”, pon atención porque intenta cubrir su mentira y hacerte sentir culpable.
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Protagonismo.En general, quieren ser el centro de atención de su entorno y se colocan como víctimas de algo o alguien, se lamentan y quejan para ganarse la compasión de todos.
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Fingimiento.Los manipuladores emocionales saben cuáles palabras utilizar y cuándo decirlas. Saben fingir, por esto debes poner atención y dudar de llantos inesperados sin motivo aparente como de ataques de ira espontáneos.
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La violencia. La violencia es una de las prácticas más dañinas para las personas manipuladas y está directamente conectada con 2 técnicas que ya se han explicado (infundir el miedo y el castigo), al igual que en el castigo la violencia puede ser física o psicológica, la violencia psicológica puede consistir en insultos directos o de otras formas como gritarle a la víctima junto con un lenguaje corporal hostil (al mismo tiempo se infunde el miedo porque estás acciones pueden asustar a la víctima). Y la violencia física por supuesto es bien conocida, ha habido muchos casos de violencia domestica que ejemplifican cómo la violencia es utilizada como una herramienta de control en algunas relaciones.
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El castigo. Una de las técnicas más maliciosas es el castigo, el castigo bajo las manos de un profesional bien entrenado y ético puede ser una herramienta de tratamiento para la mejoría de una persona voluntaria, pero en las manos de un manipulador es una herramienta terrible para lograr que alguien le obedezca. El castigo puede ser psicológico o físico, el castigo físico es sencillo de imaginar, encierro o cambios que incomoden a la víctima.
Sin embargo los casos más comunes son los castigos psicológicos, esto porque suelen pasar más desapercibidos para el resto del mundo, hay muchas formas de castigar emocionalmente entre ellas esta dejar de dirigirle la palabra a la víctima (la conocida como “ley del hielo”) volverse más frio o distante, empezar a compartir con personas que son del desagrado de la víctima o directamente hacer comentarios groseros que hieran a la persona (pasivo agresividad), estos son solo algunos de los casos más comunes. -
Actitud hacia tí. Con frecuencia se burlan de tus ideas, temperamento y desaprueban tus decisiones. En tus días malos suelen mostrarse superiores y en tus días buenos expresar una furiosa envidia. También te hacen dudar con frecuencia. El chantaje emocional hace que una persona comience a dudar de sí misma y de su cordura. El manipulador quiere tener siempre la razón para salirse con la suya.
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Quitar trascendencia a los conflictos personales La manipulación surge por la necesidad de sobresalir frente a otras personas. Por este motivo, es frecuente que exista un sentimiento de omnipotencia que lleve a la persona manipuladora a imponerse en diversos ámbitos de la vida. Por esta razón, otra de las técnicas que emplean los manipuladores consiste en restar valor a un conflicto ajeno, para lograr destacar y seguir siendo la prioridad.
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Comparar con otras personas Otro de los métodos que utilizados por las personas manipuladoras es la comparación constante de las cualidades de alguien con las de otras personas. El propósito de estas comparaciones es menospreciar las acciones de la víctima a partir de igualarla con las de otras personas. Por consiguiente, este hecho se corresponde conun modo implícito de desvalorizar a la persona, ya que no permite resaltar los logros y metas que se pudieron haber conseguido.
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Posponer situaciones placenteras Si bien es cierto que este punto resulta más habitual en el terreno de las relaciones amorosas, también puede suceder en otros ámbitos de las relaciones humanas. Cuando se apela de forma continuada a la postergación de momentos que brindarían felicidad a cambio de situaciones desagradables, es posible inducir que nos encontramos frente a una persona con cualidades manipuladoras.
Algunos ejemplos de esto podrían ser la promesa de que una persona se va a separar de su actual pareja para estar en el futuro con su amante o asegurar la devolución de dinero prestado cuando la situación económica mejore, entre otros. Cabe puntualizar que estas situaciones que destacamos poseen un fin ilustrativo y no se corresponden con ninguna situación real. -
Distorsión de la realidad Alterar el discurso de una persona con la intención de manipular psicológicamente a otra es una técnica de manipulación que no debe pasarse por alto. En muchas ocasiones, el manipulador o manipuladora busca sacar provecho a una situación mediante la tergiversación de la realidad y de los datos tal y como ocurrieron.
Cuando nos encontramos ante esta situación, debemos tener en cuento que uno de los objetivos principales del manipulador es evadir la responsabilidad que le corresponde a cada persona por sus acciones y forma de actuar. De este modo, la persona manipuladora trata de adjudicar toda la responsabilidad hacia otro ser humano mediante la modificación de los sucesos -
Franqueamiento de límites personales Establecer límites implica la construcción de un espacio personal en el que pueda coexistir el respeto, la confianza, la seguridad, etc. Sin embargo, los límites personales pueden ser traspasados por aquellas personas que buscan ejercer un poder sobre otras.
Esta situación se puede dar en una multiplicidad de ámbitos, desde los vínculos sociales hasta horarios laborales, relaciones amorosas y situaciones hogareñas. De este modo, que una persona manipuladora mencione no tener conocimiento de los límites personales que ya habían sido expresados con anterioridad, no es más que una muestra de un intento de franqueamiento del espacio personal