Un denominador común en muchas relaciones es la manipulación mental o psicológica, una forma de comportamiento que implica acciones de distorsión mental y explotación emocional con el objetivo de ejercer control sobre una persona y obtener ciertos objetivos.
El que ejerce la manipulación, se aprovecha de su víctima generando un desequilibrio de poder en su propio beneficio.
Conceptualización
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La manipulación psicológica se define como una forma de influencia social que busca alterar el comportamiento y las percepciones de los demás, mediante el uso de tácticas que son indirectas, engañosas y poco claras. En otras palabras, se trata de usar ciertos trucos para lograr que las personas actúen de cierta manera o piensen ciertas cosas, generalmente en beneficio de quien perpetra la manipulación.
En esta manipulación se llega a una situación en la que una persona logra tomar el control de las acciones y emociones de otra persona o grupo; utilizando estrategias y técnicas psicológicas como la sugestión, la seducción y la persuasión. El objetivo de esta manipulación es obtener algún beneficio o lograr un fin determinado.
Esta situación generalmente conduce a un deterioro en la autoestima de la víctima, su autonomía y su capacidad para tomar decisiones independientes, ya que queda completamente condicionada por la voluntad del que ejerce la manipulación.De hecho, la víctima puede experimentar sentimientos de confusión, inseguridad y dependencia, lo que puede dificultar su capacidad para tomar decisiones adecuadas y desarrollar relaciones saludables.
De esta manera, los intereses del manipulador avanzan, generalmente a expensas de la otra persona en esa ecuación. La manipulación psicológica emplea métodos que son desviados y explotadores, y a menudo son utilizados por personas que tienen uno o más de los rasgos oscuros de personalidad de la llamada "tríada oscura".
Ahora, desde el principio, debemos asegurarnos de que comprenda que no toda la manipulación psicológica y la influencia social son negativas. Es posible manipular a alguien para su propio bien. Por ejemplo, los padres pueden manipular a sus hijos para que coman vegetales. Más allá de que se trate de manipulación, termina beneficiando al niño porque su salud mejora. Del mismo modo, los amigos, los familiares y los profesionales de la salud pueden tratar de influir en usted utilizando ciertas técnicas de manipulación con el objetivo de lograr que tome las decisiones correctas en ciertas situaciones.
La influencia social es una parte normal e importante del discurso social. En la influencia social saludable, no hay ningún aspecto de la coerción. En otras palabras, cuando una persona bien intencionada trata de influir sobre ti y te resistes a esa influencia, no te va a forzar a hacer lo que quiere. Sin embargo, en la manipulación psicológica no saludable, el manipulador a menudo recurre a técnicas coercitivas si sienten que eres resistente a las técnicas más suaves que han estado tratando de usar sobre ti.
Cuando las personas maliciosas despliegan técnicas de manipulación psicológica contra usted, generalmente intentan ocultar la naturaleza agresiva de sus intenciones, por lo que debe comprender que la mayoría de sus técnicas están diseñadas para ser sutiles. La mayoría de ellos también tardarán un tiempo en conocerte y comprender tus vulnerabilidades psicológicas antes de que puedan decidir qué técnicas de manipulación funcionarán sobre ti. Esto significa que solo porque conoces a alguien por un tiempo, y no has visto que intenten hacerte daño de ninguna manera, no garantiza el hecho de que sus intenciones sean puras, lo que significa que no debes comenzar a ignorar tus instintos sobre ellos.
Los mejores manipuladores son aquellos que revelan sus intenciones mucho después de que haya decidido confiar en ellos.
Recuerde que los manipuladores generalmente tienen una tendencia a la crueldad, por lo que incluso si lo tratan bien al comienzo de su relación con ellos, preste mucha atención a la forma en que actúan con los demás. Si los ve usando técnicas de manipulación contra otras personas, debe saber que es solo cuestión de tiempo antes de que usen las mismas técnicas en su contra.
La manipulación mental podría ser una forma particular de egoísmo. A menudo el manipulador demanda de los demás un comportamiento socialmente aceptable, sin adecuarse ellos mismos. Se apropia de las ideas de otro, intentando inversamente hacer tomar por otro sus propias responsabilidades. Los argumentos de un manipulador parecen siempre, a primera vista, lógicos y morales. Habitualmente, utiliza pretextos tales como que la norma, el «buen comportamiento» que se debe tener en la sociedad o el grupo, sabiendo utilizar los puntos débiles de los otros, haciendo por ejemplo que se sientan ridículos, culpables o heridos en su pudor, lo cual los ubica o mantiene en una situación mental favorable a la manipulación.
Factores condicionantes
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La manipulación mental se apoya de manera recurrente en diversos registros:
El registro emocional: el miedo, la angustia, la vergüenza, el pudor, la timidez, la inmadurez psíquica, la esperanza, la necesidad de reconocimiento, de justicia; la confianza, el lazo familiar, la amistad, la necesidad de amor, el deseo, la conciencia profesional..., todos estos son sentimientos que pueden ser explotados por el manipulador.
La explotación del sesgo cognitivo por informaciones falsas, las simplificaciones o jerga retórica y los sofismas o las órdenes paradojales.
Presiones físicas o psíquicas, repetidas o continuas, individuales o en una dinámica de grupo que el manipulador busca controlar.
El mantenimiento de roles de tipo chivo expiatorio, donde un grupo se convierte en «perseguidor» de una víctima que el manipulador mantiene aislada con el apoyo más o menos inconsciente o consciente del grupo.
El registro de la dominación que se desarrolla en el miedo y los principios de «recompensa», «castigo» y de sumisión.
Una mala autoestima, el sentimiento de culpa o de inferioridad vuelven a los individuos en mucho más vulnerables a la manipulación, así como otros factores o contextos tales como:
La depresión, que puede ella misma resultar de la manipulación mental.
Un shock traumático y las situaciones de pérdida de referencias (pérdida de padres, muerte de uno o varios próximos, ruptura, divorcio, pérdida del empleo, exilio, atentado, violación, prisión, situación de guerra, enfermedad, acusaciones graves e injustas, incitaciones a la violencia, etc.) crean neuróticos culpógenos que pueden ser manipulados por las personas psicópatas.
Un trauma reprimido que haya tenido lugar en la infancia (teoría Freudiana y mantenida por la Jungiana).
Una esquizofrenia o esquizoidea del individuo.
Ciertas sustancias químicas, drogas estupefacientes, medicamentos o toxinas, incluyendo el alcohol, que atenúan o disminuyen o directamente anulan la lucidez de la conciencia y por esto pueden volver a los individuos más vulnerables a la manipulación mental, al menos provisoriamente.
La edad: los niños y los jóvenes son reputadamente más influenciables y sugestionables y, por tanto, potencialmente manipulables, pero las personas mayores (especialmente las dependientes) también pueden ser sensibles a los argumentos fundamentados en el miedo, la dependencia, la muerte, etc.
La devoción: alguna afición o fanatismo especial de los individuos que los mantenga sumisos a la voluntad de un manipulador que aparenta conocer mucho o ser un erudito del tema de devoción.
La sugestión puede llegar al grado de sugestión hipnótica en personas proclives (niños, gente inmadura), también los mass media o medios masivos de difusión llegan a tener efectos casi hipnóticos (por ejemplo filmes de violencia que generan una adicción por «la adrenalina» de un modo subceptivo o subliminal) se hace con bases psíquicamente primarias una propaganda política en la cual el sugestionado se siente identificado con el winner o imaginario «ganador» pese a todos los medios para «ganar», incluido el asesinato etc. y aunque el mensaje subceptivo o subliminal vaya en contra de los intereses del sujeto sugestionado e incluso de la población a la cual pertenece).
Contrariamente a una idea expandida, un buen nivel de estudios y una buena situación social no protegen de ciertas formas de manipulación.

en el enlace siguiente:
Tipología
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Los tipos de manipulación psicológica son diversas estrategias que utilizan los agresores para comunicarse de manera hostil con sus víctimas. Estas tácticas incluyen el uso de silencios incómodos, quejas constantes, bromas dañinas y humillantes, amenazas, entre otras.
A continuación, te presentamos 4 tipos de manipulación psicológica:
Manipulación a través de la culpa
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Hace que las personas se sientan culpables con el objetivo de manipularlas y dominarlas según su voluntad.
Cuando alguien se siente culpable, se vuelve vulnerable y hace todo lo posible para «arreglar sus errores», algo de lo que los manipuladores se aprovechan para controlarles y causarles daño.
Manipulación a través de la amenaza
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Se utiliza el miedo y la creencia en su superioridad para lograr sus objetivos. Las técnicas de manipulación psicológica que emplea pueden ser verbales y físicas, lo que hace que la víctima se sienta atrapada y ceda a las demandas por temor a las consecuencias.
Manipulación a través de la vergüenza
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Puede ser especialmente perjudicial, tanto para adultos como para niños. Los humanos somos una especie social que busca ser aceptada en grupos, y los que ejercen la manipulación pueden explotar este deseo al burlarse de la persona, avergonzarla frente a otros o compararla negativamente con los demás.
Manipulación a través de premios
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El que se encuentre en un rol de poder establece la condición de que para recibir algo deseado, la persona debe hacer algo que no desea. Esto crea una dinámica de control sutil, pero que igual repercute en la persona a la que se le está aplicando este tipo de tácticas.
Manipulación psicológica en pareja
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La manipulación psicológica en la pareja es un fenómeno complejo y difícil de detectar debido al fuerte vínculo emocional que existe entre las personas involucradas. Esta forma de manipulación tiene consecuencias devastadoras, ya que no sólo socava los cimientos de la relación, sino que también genera una profunda falta de confianza en la víctima.
El que ejerce la manipulación emocional en una relación de pareja tiende a menospreciar los sentimientos, opiniones, deseos y necesidades de su compañero, priorizando los suyos propios o imponiéndolos. Como resultado, la víctima generalmente experimenta frustración, resentimiento y una profunda insatisfacción en la relación.
¿Cómo saber si soy una víctima?
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Detectar la manipulación psicológica en una relación de pareja puede ser complicado, pero existen algunos comportamientos y características comunes que pueden hacerte sospechar:
Cambio de actitud basado en experiencias pasadas
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Si tu pareja intenta cambiar tu actitud o comportamiento en función de sus experiencias pasadas, puede ser una señal de manipulación. Puede prohibirte mantener conversaciones con otras personas por miedo a que se repita la misma situación o para evitar que te alejes de su control.
Constante recordatorio de lo que ha hecho por ti
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Por ejemplo, cuando suele recordarte constantemente las cosas que ha hecho por ti, como si estuviera llevando una cuenta. Esto puede generar sentimientos de culpa y obligación en ti, creando una dinámica desequilibrada en la relación.
Responsabilización de sus emociones
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Si tu pareja te responsabiliza de sus propias emociones desagradables, así como de las conductas disfuncionales que derivan de una gestión ineficaz, es un claro indicio de manipulación. Te hace sentir mal por algo que no tiene relación contigo, generando una dependencia emocional en la relación.
Además de estos comportamientos, hay más patrones de manipulación:
- Conocen tus inseguridades y debilidades y no dudan en atacarte con ellas, utilizando tus vulnerabilidades para mantener el control sobre ti.
- Cambian de comportamiento rápidamente y suelen crear conflictos para distraerte y desviar la atención de sus manipulaciones.
- Se justifican constantemente para evadir la responsabilidad de sus acciones y comportamientos, buscando siempre excusas para su conducta manipuladora.
- Intentan generar lástima para convertirse en víctimas y que sientas empatía hacia ellos, utilizando esta estrategia para mantener su poder y control sobre ti.
- Son convincentes en sus palabras y argumentos, sabiendo cómo manipular tus creencias y percepciones para que aceptes su versión de los hechos.
Es esencial reconocer estas señales de manipulación en una relación de pareja y buscar apoyo si te encuentras en una situación así. La comunicación abierta, el respeto mutuo y la autonomía son fundamentales para mantener una relación sana y equilibrada.
Fuentes:
«Manipulación y psicología oscura / Alejandro Mendoza / Capítulo 3 / PDF»