Gobiernos autoritarios, carentes totalmente de empatía social, y hábiles manipuladores de la realidad, están poniendo en jaque las democracias en muchos países. Los únicos beneficiados son la camarilla de gobierno (militares y dirigentes del partido oficialista) que se enriquecen groseramente, en detrimento de una pobreza generalizada de la población.
Es el momento oportuno para reflexionar sobre lo que manifestó Alain Touraine, destacado sociólogo francés fallecido el 9 de junio pasado (2023), con casi 100 años. Visitó en varias oportunidades la Argentina y colaboró en el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. Decía: “El peronismo nunca fue un partido: es un conglomerado dentro del cual conviven alas de extrema derecha y de extrema izquierda, fuerzas conservadoras, representantes de factores de poder, intereses económicos, sindicatos y grupos mafiosos organizados. Este enorme abanico, que ocupa todo el espectro ideológico y social, impide la existencia de un verdadero sistema político”, y a su juicio solo existe “una pseudodemocracia: una máscara que permite creer que hay una representación simbólica. Lo único de sistema político que hay en la Argentina es la formación de dirigentes que se enriquecen”.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/
...No son lo que aparentan, por eso el calificativo de pseudodemocracias
Pero, ¿a qué viene todo eso?, se preguntará usted. A que damos por un hecho de que vivimos en democracia. De que, quienes nos gobiernan, la respetan y la hacen valer, para todos los ciudadanos, indistintamente de su ideología política, su credo religioso, su poder económico, su clase social o su orientación sexual. Pero, ¿realmente es eso así?, .... y la pregunta crucial es: ¿Vivimos en una democracia o en una «pseudocracia»?.
A los efectos de una definición formal, requerimiento común en la mayoría de publicaciones, se parte de la siguiente.
Forma de gobierno con apariencia de democracia pero en la que no prevalecen los principios democráticos; dictadura disfrazada : pseudodemocracia de los poderes públicos en América Latina.
Fuente: https://www.aulete.com.br/
Hay países que celebran elecciones, pero que no son democracias en el sentido tradicional. Los países que controlan o acosan a los medios de comunicación, encarcelan a los líderes de la oposición política, atacan a los disidentes, etc. hacen muchas cosas que invalidan por completo la idea de elecciones "libres y justas", y el partido gobernante, apoyado en un aberrante populismo financiado por las arcas públicas, generalmente gana las elecciones fácilmente y nadie se sorprende.
... el principal enemigo es "el populismo", descrito con una metáfora: "El populismo es como un padre que invita a toda su familia a Europa a hoteles de cinco estrellas y cuando vuelven, el padre liquidó la casa (...). Es "vivir un momento maravilloso para después darte cuenta que quebró el país, y quedó sin reservas y sin infraestructuras".
Mauricio Macri (Ex presidente de la República Argentina) Fuente: https://www.larepublica.co/
Si bien una partidocracia aceitaba la democracia tradicional, se ha transformado en un sistema donde un pseudolíder (que gana elecciones con las bondades jurídicas de la democracia) al llegar al poder, secuestra todas las instituciones de gobierno (Congreso, Tribunal Supremo, Ejército, etc) y además se deslastra de partidos opositores y medios de comunicación independientes, anulando totalmente la disidencia. El párrafo que sigue muy elocuentemente lo describe:
El Ecuador es un estado social de derecho democrático conforme lo establece el primer artículo de la Constitución Política del Ecuador, entendiéndose por democracia el predominio popular en las decisiones del Gobierno, (el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo), a través de sus representantes legítimamente elegidos, quienes ejercen indirectamente la soberanía popular a ellos delegada. La democracia se entiende como una forma de gobierno dentro de la cual la sociedad entera participa, con sus criterios y sugerencias, existiendo libertad de discrepancia y derecho de opinión pacífica. El Congreso Nacional constituye la función del Estado que aglutina a los representantes del pueblo, por lo que se la considera la esencia misma de la democracia; el lugar donde se plasma esta libertad de discrepancia y de opinión de cada uno de los representantes de las diferentes provincias que conforman el Ecuador. Pero cabe preguntarse: existe participación democrática de los diputados en el Congreso Nacional?; se permite en el Congreso Nacional y al interior de los Partidos Políticos, libertad de discrepancia y derecho de opinión pacífica?; es indudable que la respuesta es negativa, al menos en la mayoría de partidos políticos.
El Ecuador en sus instituciones y muy particularmente en el Congreso Nacional y partidos políticos, vive una pseudo democracia carente de esta libertad de discrepancia o derecho de opinión que caracteriza a la sociedad democrática. Los partidos políticos ya no son de la sociedad, sino de ciertas personas que se consideran dueños de los mismos y sus adeptos deben obedecer en forma cabal las órdenes de este dueño so pena de ser destituido o separado por violentar un Código de Ética que nada de ética tiene. . Fuente: https://www.lahora.com.ec/
Entonces: Una pseudodemocracia es un gobierno en donde reina lo fingido y lo simulado. Como una sonrisa falsa. Un gobierno en donde abunda lo incierto y lo contrario a la verdad. Como citas falsas o argumentos falsos. Un gobierno que miente y que, no manifiesta lo que realmente piensa y siente.
../.. Los métodos pseudodemocráticos son, en muchas ocasiones, peor que los claramente antidemocráticos, porque hacen que nos perdamos en el espejismo y no reivindiquemos la auténtica participación.
../.. El problema es que la pseudodemocracia, finalmente, sustituye a la verdadera democracia y, en vez de una auténtica participación, nos acostumbramos y conformamos con la pseudoparticipación.
Carmen Salamanca (Periodista) Fuente: https://www.publico.es/
Tristemente, no. Nunca lo ha sido. Y ahora, menos que nunca. Hoy día, más bien, las cosas parecen estar empeorando; las personas y la sociedad en general, parecen estarse volviendo más radicales, más fanáticas; menos tolerantes, menos comprensivas. Y tristemente más brutas e irracionales. Al punto de elegir a gobernantes, iguales que ellos, con sus mismas características. Es decir, brutos e irracionales.
Pero lo más triste e indignante de todo es que, lo hacen los eligen presidente, a base del poder que hace la fuerza de la unión. La unión de muchos, de millones de fanáticos obsesivos que, se creen sus propios engaños. ¿Cuáles engaños?
- Que viven en democracia; cuando es obvio que viven en plutocracia. Ya que no es el pueblo sino el poder que domina por la fuerza de la riqueza, la empresa y la economía. Dicho poder está representado en todos y cada uno de los supremos poderes de la república. Incluido, o más bien principalmente en el Ejecutivo, gracias a la partidocracia.
- Que son y representan a la mayoría; cuando lo cierto es que, representan una mayoría, no a la mayoría. Como lo es el hecho de que, en las democracias^ modernas, donde hoy día, cada vez, es más alto, el porcentaje de abstencionistas y desinteresados de la política que no votan. Cada vez, la *mayoría que elige al presidente es menor. Llegando a cifras del 25%, la mitad de la mitad más uno, como se establece en la mayoría de las democracias. O incluso a menos, como en mi país (Costa Rica) en donde se puede elegir al presidente con el 40% de los votos válidos emitidos y un abstencionismo menor al 50%. Es decir, con el 20% o más. ¿Se podría decir que ese porcentaje (20%), representa a la mayoría? ¡Obvio que no!
- Y el engaño más grande de todos, la falsedad más grande de todas, creer que lo que dicta y decide el Ejecutivo (presidente), representa lo que cree y dicta la mayoría. Cuando lo cierto es que, si acaso, representa lo que cree y dicta esa minoría que se cree mayoría. Porque la verdadera mayoría la conforman la suma de todas esas minorías disconformes que se manifiestan día a día contra el Gobierno, contra el Ejecutivo y contra sus políticas: discriminatorias algunas, dictatoriales otras, sin sentido crítico, científico o técnico la mayoría. La mayoría también, respondiendo a un capricho político del Ejecutivo, a un compromiso adquirido con quienes lo llevaron al poder, o simplemente a una idea loca que alguien tuvo y que al Gobierno Ejecutivo le pareció bien. ¡Aunque usted no lo crea!
Primero lo dijo Abraham Lincoln: «Nadie tiene la memoria suficiente para mentir siempre con éxito». Y luego lo hizo suyo JFK: «Se puede engañar a todos, poco tiempo; se puede engañar a unos pocos, todo el tiempo; pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo».
Pero al parecer, la que quedó implantada en la mente y la conciencia de quienes se creen su propio engaño, fue la frase del célebre escritor Mark Twain: «Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados».
Siempre existirá una «mayoría» que escogerá el camino fácil, de creer que vive en una democracia; antes de convencerse de que, en realidad, vive en una pseudocracia. Pero si las cosas siempre fueran fáciles, la vida no tendría sentido. ¡Así es la vida!

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